No hace mucho, en una de las cenas que repetimos cada tanto con mi amigo Luigi, él me comentaba que había estado saliendo con una chica que, a su entender, tenia una vida muy irresuelta en una serie de facetas, a pesar de ser ella psicóloga. Intrigado por este tema, Luigi, le pregunto:

¿Como podes intentar solucionar la vida de los demás, siendo la tuya un despelote?

A lo cual esta Señorita le respondió que ella no aplicaba su profesionalidad a su vida privada. Que cuando atendía era “la profesional” y en la vida era solo una más. –

Bueno, no sé, capaz que, dichosa de ella, yo en cambio con un pasado de instrucción técnica y de experiencia comercial, no puedo desprenderme de esas condiciones ni aún durmiendo. –

Así que teniendo en cuenta estas “condiciones” mías y viendo si me podía hacer de algunos manguitos extras, tomé la conocida frase “Es tan idiota que, en una carrera de idiotas, sale segundo, solo por idiota” y me dispuse a organizar una carrera de idiotas y a pensar que podía dar como 1º y 2º y 3º premio a los correspondientes concursantes. –

Demás está decir que el “negocio” parecía más que prometedor, ya que la idea era cobrar cara la inscripción y dar premios muy económicos, y así hacer un pingüe negocio, total se trataba de idiotas. –

Por lo tanto elegí un premio para el 1º, que sería, sin dudas, el más idiota. La sorpresa fue cuando me dispuse a elegir el premio para el 2º más idiota, y pensé que si era el 2º más idiota, el cual era tan idiota como para no ganar el 1º premio, no podía estar en 2º lugar, sino que en el 1º. Pero ni bien hacía esto, el otrora 1º, ahora 2º, se volvería a convertir en el 1º. –

Y ahí fue cuando se pudrió el negocio y se me enredó la lógica. –

¡¡Maldita Lógica!!

No sé, tal vez, no haya nadie lo suficientemente idiota como para merecer un 1º premio. –Y esta conclusión, por un lado me puso triste, ya que, ni siquiera se puede ser un gran idiota, pero a la vez alegre, por la misma razón.-

¿Me puso triste pero alegre?

¡Que idiota que soy!

……….

 amanece